Sunday, October 4, 2009

Serie: SUBE LA CUESTA AVANZANDO...

...que yo me voy poquito a poco y te cojo cuando vengas bajando.

  

John Hancock.


El chofer habre la puerta de la limosina justo en frente del edificio parando el trafico que le seguia y ayuda a la joven señora a bajarse de ella.  Llego deslumbrante, como una misma diva al "lobby" del John Hancock Hotel del area d

e Backbay de Boston.  Se distinguia por sobre todas las demas con su costoso traje de gala largo, blanco y negro, con una apertura que dejaba ver una de sus esculturales piernas.  Sus cabellos recogidos en un “look” antiguo dandole un toque sofisticado.  Su cara blanca suavemente maquillada dejando ver su joven naturaleza y esplendor acompañada de su tierna sonrisa.  Su caminar militante de tacos que resonaban le dejaba saber con toda seguridad a los que la miraban, y sin querer proponerselo, aqui estoy, Hannah llego.


Fue dirigida por su esposo, el distinguido señor Matthew, mejor conocido como Dr. Matt, a la sala de actos y sentada en la mesa principal cual adorno de decoracion, “sientate aqui ya regreso, tengo que estar pendiente de todo” fueron las palabras de su esposo en tono de advertencia de no ser un problema para el.  Hannah como de costumbre sonreia levemente aparentando ser feliz, mantenia su postura erguida, cuan señora del ‘hombre al comando.’


Era obvio que habia llegado en medio de la festividad, porque su esposo no la trajo desde el comienzo, era la interrogativa que Hannah tenia, mientras la orquesta comenzo a tocar y ella dirigio su mirada a varias parejas que se encaminaron a bailar, era lo mejor para distraer su incomodidad de estar alli, como el trofeo de su esposo que ni le prestaba atencion.


Luego de un rato el esposo llega y se sienta junto a ella, Hannah le hace gesto de ternura con su mano derecha sobre el rostro a lo cual el inmediatamente rechazo con un “no te pongas con esas cosas aqui”, dolida pero sonriente,  ella disimulo y dirigio nuevamente su mirada a los que bailaban cuando fue sorprendida por el atrevimiento.  


Una compañera de trabajo de Matt se acerca a la mesa e ignorandola se dirige a este y le dice; “vamos a bailar”, Matt con su cara larga le contesta, “ahora no”.  Fue en este momento en que Hannah, decide dejar de asumir el papel de trofeo y una vez la compañera de trabajo se marcho con un aire de decepcion Hannah se dirige a Matt y le dice; “al menos espero que no bailes con ninguna otra mujer sin antes haber bailado conmigo”.  Este se levanta y se va.


Hannah comienza a tener sentimientos de ridicules y decide ir a el tocador de damas, se pone de pie y siente como todas las miradas se lanzan sobre ella, pero sigue con su dignidad su

 salida de la sala de actos rumbo al pasillo.  Justo aqui, la detienen tres compañeras de trabajo de Matt y la saludan con un beso.  Estas, tomando sus respectivos turnos comienzan a elogiarla por su vestido, cabello, zapatos, y se baboseaban las repetidas palabras de 'que hermosa', 'que linda', 'que bella es usted Señora Hannah', y hasta hacian comentarios de que cuanto su esposo debiera de estar orgulloso de tener una mujer tan elegante.  Hannah acostumbrada a la hipocrecia  y exagerada

 admiracion saluda de besos, y mas que otra cosa sonrie y da las gracias.


Estando en este afan de elogios multiples y gratuitos las tres compañeras de trabajo de Matt se aseguran que Hannah note que Janna, la ayudante interina de Matt, esta desde la distancia mirando y muy enojada.  Es entonces que Mabelle le comenta, con su destacada indiscrecion, a Hannah, “pero no es Janna la

 niñera de su bebe, porque no se ha acercado a saludarla, y porque se ve tan enojada?”


Hannah ya estaba tan cansada de su vida como objeto de Matt que no pudo contralarse y les contesto; “pues siento mucho que Janna este enojada por mi presencia, pero ella tuvo tiempo sufic

iente para arrastrarse con Matt en el cuarto que tiene alquilado en este hotel, pero tal parece que no sabe de esas cosas porque no logro tenerlo para ella toda la noche y el tuvo que enviar a el chofer para que yo estuviera aqui, porque yo soy la que lo representa con clase, yo soy la madre de su hija, yo soy su señora esposa, yo soy, y ahora me disculpan, me quiero refrescar un poco, un gusto haberlas saludado”.  


Las tres zorras, Mabelle y compañia, entre carcajadas siniestras se quedaron sorprendidas de esta nueva actitud de Hannah quien siempre hacia silencio y solo sonreia ante todo lo que le atacaba.


Cuando Hannah sale del tocador de damas Matt estaba alli con cara de diablo y ojos que echaban fuego, sin decir una palabra toma a Hanna del brazo y de un apreton la llevo a una esquina y comenzo a reclamarle.  “Como es posible que te pongas a decir esas cosas de Janna, no quiero que hables de ella con estas tipas”, le dijo el, muy enojado y entre dientes.  Era obvio que la

s tres zorras no se habian aguantado el chismecito y habian corrido a donde Janna la cual aprovecho para ir llorandole a Matt para que regañara a su esposa lo cual el ya estaba haciendo.


Hannah muy enojada le dice; “sera posible que le des lugar a esa, la niñera, sobre mi?”  Matt solo le responde, “recoge tus cosas el chofer te esta esperando en la entrada”.  Hannah se suelta de la mano de Matt que aun la apretaba y con su usual sonrisa modela hasta la mesa y toma su bolsa y se va.


Rumbo a su mansion de soledades, Conrad, su chofer, un señor de edad y muy fiel a la familia la mira por el espejo retrovisor y le pregunta a Hannah; “llorando una vez mas por el mi señora?”  Hannah con unos ojos cargados de tristeza, frustracion, humillacion y dolor solo alcanzo a asentar con su cabeza mientras las lagrimas corrian como cantaro de lluvia arrastrando su sutil maquillaje.  Comenzo a desprender de su cabello recogido todos los pinches que lo sostenian dejando su cabellera suelta, se quito los tacones, y en ese instante le pide a Conrad que detenga la limosina, el lo hace y ella se baja a devolver todo el mal rato que acababa de pasar.  Conrad se acerca y le ofrece una botella de agua, ella la toma y se enjuaga su boca, y luego, como reaccion desesperada se tira en los brasos de su figura paterna y fiel, Conrad la abraza mientras le dice; “todo estara bien mi señora”.  Continuan su viaje hasta llegar a la casa.


Luego de un baño de espumas, Hannah toma su laptop y se encierra en su gymnasio con una taza de te en mano.  Abre su cuenta de correos electronicos y abre por tercera vez la misma carta que hacia tiempo estaba ahi esperando por su respuesta.  “Hola Donatto, come stai?  I /’ molto bene e felici.  Siamo spiacenti, non mi/’t risposta prima ma ero molto impegnato con la mia attivita.  Voglio solo per farvi sapere che sono d’accordo con lei.  Si deve soddisfare in persona dopo questi anno della nostra amicizia.  Sara grande avere quella bottigila di vino del tuo con le scale di San Pedro /’s Plaza.  Mi si amano Roma ancora una volta ma nella vostra azienda.  Si prega di contattar me a piano. Un grande abbraccio per voi. Sempre, Hannah.”  


Oprimio la tecla de enviar, solto su laptop y se dirigio a dormir, con su tierna sonrisa en el rostro, respirando un aire de ilusion, esperanza y venganza.

Coqueta

4 comments:

Mel C. said...

Me suena como un guion de un excelente drama de la aristocracia.
Bravo! cara mia, ragazza bella parla italiano molto bene! Arrivederci




PS- En el post anterior te dejé un comentario, explicame porque los gringos no quieren el plan si es beneficiso para todos.

Coqueta said...

Mr. Mel
Asi mismo, drama de la aristocracia, sin embargo, esto es humanamente comun en todas las clases sociales.
Grazie molte
Cariños
Coqueta

Anonymous said...

Me gustó!

Coqueta said...

Anonimo
Un placer!!!
Cariños
Coqueta