¡ESTUPIDA!

¿Eso piensas que soy? Yo pensaba lo mismo de mí misma. Llegué a pensar que era una estúpida por todo el tiempo en que nunca te exigía, lo que en realidad no debía exigirte, tus responsabilidades con lo que era obvio, y más aún acordado. 

Dejé pasar el tiempo, me callé y oculté tras una sonrisa sosa, toda la incomodidad de tener que responder a otros, por lo que me correspondía, pero también por lo que te correspondía a tí.

Mientras se me hacía dura la carga, de las responsabilidades, te miraba a la distancia, y tu felíz, como si nada, viviendo, vistiendo de nuevo, gozando, disfrutando auto nuevo, cenas de restaurantes, supuestos amigos que te admiran por lo que cuentas y aparentas, más no por lo que eres, porque lo desconocen; viajando, aparentando amar y dejando que otras te amaran en tu vida de mentiras y cuentos, pero como pienso positivamente, me preguntaba, ¿estará ocultando tras una sonrisa sosa, así como yo, todo lo pesado que conlleva las responsabilidades naturales de la vida? Pero por más que trataba de ser positiva en mi pensar, hacia tu persona, me era imposible creerlo.

No. No se puede vivir felíz sabiendo que hay otros seres que en verdad necesitan de ti para susistir, para crecer, para tener una buena experiencia de vida en la medida en que van creciendo hasta llegar a su propia adultez. No. No es posible dar un ejemplo de abandono y desamor. No. No es posible aparentar que todo está bién solo porque te puedes recostar sobre el esfuerzo doble que me parte la espalda día a día, ese mismo esfuerzo de tener palabras sabias para poder, de algun modo, juztificar tu proceder inconciente y vil, para causar menos daño del que ya tu has causado, en aquellos que dependen también de tí, y soy yo quien los tiene que ver a la cara.

Inevitablemente, hoy me satisface la simple idea de poder creer que no puedes conciliar el sueño cuando cae la noche y te encuentras en tu soledad. Saber que en algun momento te puedas preguntar, ¿qué hice?, ¿qué estoy haciendo?, ¿hacia dónde conducen mis pasos vacíos y sombríos.

Me hace invasión de sentimientos alegres el solo pensar que cuando termines tu climax en una cama cualquiera, te sentirás sucio, puerco, vacío, solo y tendrás que recomenzar una nueva conquista, pero de igual modo terminarás, una y otra vez, sin nada que ganar, ni guardar para luego... con el alma vacía.

Talvez no hoy, pero si en un mañana, espero que te llegue una escena de como serán tus días de vejez y enfermedad, sin el cariño de aquellos que tanto dependían de tí, y que tu no les diste el valor, tiempo y cuido merecidos, y que ya no habrán ni amantes, ni amigos, para acompañarte solo porque descubrieron tu verdad, te espera tristeza y soledad.

Sin poderlo evitar... se me desflora una sonrisa, que ya no es sosa, de solo pensar que el mundo ya no parece tan grande, que te estás quedando sin aire porque te aprieta el pecho saber que ya se te acabaron los días de fiesta, de no exigirte nada, que era la única atención que recibías de mí, y aunque nada antes en la vida te había dolido, saber que te duela cada vez que se te ve amenazada tus libertades y tu mugriento dolar, solo me puedo sonreir, ¡ya era hora!

No soy yo, a la que llamas estúpida, la que te pone en éste dilema, en éste desespero, en éste malestar de que tengas que dar lo que egoistamente te has quedado, y ahora te sientas obligado, no soy yo, eso sería engrandecerme, y tu jamás permitirías eso, que yo fuera superior a tí, Ja, ja, ja. ¿Sabes quién es que te exige? 

 TU PROPIA CONCIENCIA.

Yo no puedo influenciar en el proceder de nadie, cada quien es responsable de sus ideas, conclusiones y actos, y de ese mismo modo, tú no podrás escapar de tí mismo, que es quien hoy día estás enfrentando, porque ¿quién le teme a una estúpida? Nadie.

Pero... y ahora, cómo me vas a poder enfrentar, ahora que ya tengo un camino forjado, que por mí misma fuí trasando paso a paso, construyendo lo que era vital y mientras cubría tu herencia, los huecos. 

La ventaja ya es eminente... y no podrás hacer nada para igualarme... pero si aún sigues teniendo aunque sea un poquito de superioridad, me imagino que podrás entender el concepto de, “nunca es tarde...” y no estaría mal aplicarlo para que tu conciencia no te aniquile, no te mate.

“¡Eres una estupida!” ¿Eso piensas que soy? Yo pensaba lo mismo de mi misma. Llegué a pensar que era una estúpida por todo el tiempo en que nunca te exigía, lo que en realidad no debía exigirte, tus responsabilidades con lo que era obvio, y más aún acordado. 

Dejé pasar el tiempo, me callé y oculté tras una sonrisa sosa, toda la incomodidad de tener que responder a otros, por lo que me correspondía, pero también por lo que te correspondía a tí hasta el día en que dejé de serlo. ¡Hoy!

Coqueta